Posted by caravaca
06 noviembre, 2013
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Caravaca de la Cruz

Caravaca de la Cruz es la capital de la Comarca del Noroeste de Murcia, el corazón del interior de la Región, un punto clave donde se concentra la historia, la naturaleza y el encanto de Murcia.

Caravaca de la Cruz es un foco de atracción permanente por su impresionante legado que, la convierte en una de las ciudades más monumentales de la Región de Murcia, por sus parajes naturales de gran belleza, por su rica gastronomía, por sus singulares festejos y, sobre todo, por esa Cruz de doble brazo, conocida en toda la cristiandad, a la que tanta fe profesa este pueblo.

Caravaca de la Cruz es la capital de la Comarca del Noroeste de Murcia, el corazón del interior de la Región, un punto clave donde se concentra la historia, la naturaleza y el encanto de Murcia.

Caravaca de la Cruz es un foco de atracción permanente por su impresionante legado que, la convierte en una de las ciudades más monumentales de la Región de Murcia, por sus parajes naturales de gran belleza, por su rica gastronomía, por sus singulares festejos y, sobre todo, por esa Cruz de doble brazo, conocida en toda la cristiandad, a la que tanta fe profesa este pueblo.

Caravaca de la Cruz es una ciudad situada en la frontera entre Murcia y Granada. Una población por la que pasaron, sucesivamente, íberos, romanos y musulmanes y que se encuentra construida en torno a su Castillo, levantado en el s. XV por la Encomienda de los Templarios. Pero Caravaca es, esencialmente, la Ciudad Santa, la ciudad de la Cruz que lleva su nombre. Según la leyenda, en 1232, el rey moro Abú Zeid se convirtió al cristianismo cuando contempló cómo dos ángeles bajaban del cielo una cruz para que un sacerdote preso en el castillo pudiera decir misa. Esta leyenda dio lugar a la construcción, a partir de 1617 y en el recinto de la propia fortaleza, del principal monumento de esta localidad del Noroeste murciano, el Santuario de la Vera Cruz. Una construcción en la que destaca su lujosa portada de mármol rojo de Cehegín en la que se hace toda una exaltación de la Santa Cruz.

Caravaca de la Cruz Ciudad Santa

En 1998, S.S. el Papa concedió a Caravaca de la Cruz el Año Jubilar, lo que convierte a esta ciudad en la quinta del mundo que, junto a las otras cuatro (Santiago de Compostela, Santo Toribio de Liébana, Roma y Jerusalén), va a poder celebrar el Jubileo Perpetuo. Esto significa que la Santa Sede concede el poder celebrar Año Santo cada siete años in perpetuum en el Santuario de la Vera Cruz , siendo el próximo Año Jubilar, en Caravaca de la Cruz, el año 2017. Sin embargo, el Santuario, que posee un interesante Museo de Arte Sacro e Historia, no es el único monumento religioso de Caravaca. Del s. XVI datan las interesantes iglesias de la Soledad, hoy convertida en Museo Arqueológico; El Salvador, considerada como la obra cumbre del Renacimiento murciano, y la iglesia de la Purísima Concepción, a las que hay que sumar el Convento de los Carmelitas. En cuanto al poder civil es destacable el edificio del Ayuntamiento, erigido en el s. XVIII.

Apunte histórico

En lo que hoy constituye su término municipal, encontramos en el paleolítico los primeros vestigios de población humana. A partir de este momento, otros pueblos y otras culturas se van a ir instalando en ella; diversos yacimientos argáricos, ibéricos y romanos, así lo atestiguan. Sin embargo no podemos hablar de Caravaca como núcleo urbano hasta la época de dominio musulmán en la península. Fue villa de la Orden del Temple y, posteriormente, de la Orden de Santiago.

En el periodo medieval, se configura el primitivo trazado urbanístico de la ciudad, limitándose al cerro del Castillo, y de este momento es también el origen de la tradición del aparecimiento de la Santísima y Vera Cruz, Patrona de Caravaca.

La conquista del Reino de Granada supone un auge económico, social y demográfico importante. No obstante, el punto álgido del desarrollo político y económico lo alcanza a lo largo del siglo XVIII, favorecido en gran medida por la exportación de cereales y cáñamo.

Actualmente, el carácter emprendedor de su población ha hecho que Caravaca experimente un ritmo de crecimiento muy dinámico, con equipamientos, gran parte de ellos de carácter comarcal.

Caravaca de la Cruz es un lugar de referencia para el culto de la Iglesia católica ya que desde 1998, durante el papado de Juan Pablo II, está catalogada como una de las cinco ciudades santas de esta confesión religiosa, tras Roma, Jerusalén, Santiago de Compostela y Santo Toribio de Liébana, al disponer del privilegio de celebrar Año Jubilar a perpetuidad cada siete años en torno a la Santísima y Vera Cruz de Caravaca.

 

La Cruz de Caravaca

La Cruz de Caravaca es un Lignum Crucis, es decir, un leño de la Cruz. Se compone de tres astillas pertenecientes al madero en donde murió Jesucristo, y que están contenidas dentro del relicario de doble brazo horizontal.

Es un símbolo que por circunstancias históricas y religiosas se ha convertido en el signo de identidad de la ciudad, extendiéndose su conocimiento y celebridad fuera de nuestros territorios más cercanos. El triple epíteto del título refleja sus características más esenciales. Se trata de una historia de frontera castellana frente al musulmán granadino; de una ciudad que es el resultado de un símbolo: la Vera Cruz que le da nombre y la ha configurado; de una tradición que se condensa en los rituales y festejos de las fiestas de mayo.

Se trata de una cruz oriental, perteneciente al Patriarca de Jerusalén, y que está en el recinto de Caravaca, antiguo alcázar musulmán y después cristiano, desde 1232 aproximadamente. Desde el mismo siglo XIII se fundamenta y se extiende por los limosneros y romanceros la tradición de la misteriosa Aparición de la Cruz, al inicio de la misa del sacerdote prisionero Pérez Chirinos, en presencia del sayid musulmán Abu- Zait y de su corte, la cual motivó su conversión al cristianismo, simbolizando la narración la caída del poder almohade en el Al-Andalus.

Esta tradición ha marcado la mentalidad y trayectoria histórica de la ciudad, mencionándose siempre la Cruz misteriosa, oriental, pectoral y fronteriza en este enclave castellano del Adelantamiento de Murcia durante 250 años, hasta la toma de Granada en 1492, custodiada por las Órdenes militares del Temple y Santiago.

La Vera Cruz adquirió pronta fama de cruz especial en la España medieval y posteriormente en gran parte de la cristiandad de Europa y América, extendiéndose su conocimiento desde las misiones franciscanas de California, en las misiones guaraníes del Paraguay, hasta la Tierra de Fuego en Argentina, como también hasta Hungría y Polonia.

Ha sido distinguida por la Iglesia con el titulo de Vera (verdadera) Cruz y con el culto de latría en la liturgia oficial. Por esto preside la celebración de la Misa, imparte bendición y se traslada procesionalmente. Su influencia ha trascendido su aspecto original religioso que, como centro de un círculo, ha irradiado aspectos sociológicos, culturales, festivos y rituales.

Texto D. Pedro Ballester Lorca

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